La muerte no es justa, simplemente es.

Últimamente he escuchado en varias ocasiones esta sentencia: «La muerte no es justa». Y efectivamente, no es justa… ni injusta.

La muerte simplemente es.

Tal y como la vida: no es justa o injusta, simplemente es. Y me refiero al hecho mismo de vivir o morir, no a las causas que las rodean, eso es otro rollo.

Conforme crecemos, nos hacemos mayores, vivimos en una determinada cultura o ambiente, nos llenamos de premisas que no ayudan en nada al bien vivir, ni al bien morir. Ambos son términos de los que hablaré más adelante, pero se trata de hacer conciencia acerca de qué tan importante es saber vivir (bien) y también saber morir (bien). Ello con el fin de no dejar en nostros, ni tras nosotros, una estela de tristeza, desesperación, angustia, pérdida o depresión. Al menos, no más de lo que pueda resultar normal en una sana gestión de emociones.

Cuando perdemos a un ser querido, en este caso a nuestro amado animal de compañía, las fases propias del duelo nos pueden llevar a estos pensamientos o premisas infundados, que se generan desde la ira, la depresión, la negociación o cualquiera de estas emociones y que luego resulta que se convierten en conceptos prestablecidos de la muerte.

«La muerte no es justa»… No, no tiene que serlo. La Justicia, como valor, no tiene que ver con la muerte, que es una etapa de la vida (no el final de ella). Sería como decir «La muerte no es bella»… No, tampoco. No tiene que serlo o formar parte del valor de la belleza.

La muerte simplemente es.

Entonces… si lleváramos la Justicia (o la Belleza o cualquier otro valor humano) al plano de calificar a la muerte, veremos a la muerte siempre en desventaja, ya que los supuestos humanos determinados por la cultura, sociedad, educación, tradiciones, etc., impiden percibir el verdadero concepto de muerte o de vida.

«La vida es bella» (hasta hay una película famosa llamada así) versus «la muerte es horrible». Esto sí que es injusto: aplicarle un valor o calificativo a una etapa natural de la vida. La vida simplemente es, existe; asimismo la muerte. Que a cada persona la vida y/o muerte se le presente de determinada forma o reto, es distinto, pero no tiene que ver con la justicia. Dios no es injusto por «llevarse» a alguien. O como muchas veces he escuchado: «¿Por qué Dios se lleva a la gente buena? ¡Es injusto!» Y ahí es donde vienen los problemas con los sistemas de creencias, fe, religión, etcétera.

La muerte ocurre a la gente, a la gente «buena» o «mala». La muerte nos llega a todos, así como nos llegó el momento de nacer, nos llegó la infancia, nos llegó la adolescencia, la adultez, y luego la vejez. Enseguida, también nos llegará la muerte como parte del proceso de vida. La muerte es una parte más de la vida, no es su opuesto. En todo caso, si queremos verlos necesariamente como un juego de antagónicos, la muerte es la contraparte del nacimiento; son los opuestos: nacimiento — muerte, pero no rivalizan.

La muerte, entonces, no es ni un opuesto, ni un rival de la vida. Es parte de ella misma. Abracémosla con la misma emoción y, ¿por qué no? alegría con la que abrazamos la adolescencia, o la adultez. Es un desarrollo inherente a los seres vivos, e inevitable.

Seamos «buenos» o «malos» en la vida, alegres o tristes, justos o injustos, guapos o feos, gordos o flacos, la muerte siempre llegará a nosotros y a nuestros animales de compañía o cualquier ser amado. Vale la pena solo estar preparados en amor y aceptación para recibir este cambio, esta transición obligatoria de la vida. Y fluir de la mejor forma con las emociones que vendrán tras de sí cuando ocurra.

En la actualidad hay tantas herramientas de ayuda para gestionar el duelo ante las pérdidas (de cualquier tipo y naturaleza), que sería muy necio no acudir a ellas. Las hay de muchas clases y para todos los bolsillos o posturas religiosas, éticas y filosóficas. No duden en acercarse a profesionales (con animales o humanos) cuando llega este momento a la vida de ustedes y de sus más amados. Verán lo útil que será entender la muerte como es, más allá de conceptos preconcebidos y errados.

Desde aquí va un abrazo fraterno y solidario para quienes estén viviendo un duelo ante la ausencia de un ser amado.

Si necesitas ayuda para la gestión de emociones ante la enfermedad y tránsito de tu compañero animal, revisa esta guía.

o escribe: duelo@azulindigo6.com

Publicado por Azul Índigo

Terapias alternativas para animales... y sus humanos

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